perdida [libre]

caminaba a travez de los laberintos, un juego demasiado interesante para mi. los adoraba, pase hors metida ahi dentro, no encontraba la salida, pero estaba muy entretenida. de pronto escuche una voz. Pense que era la salida y fui corriendo a ver de que se trataba.

de pronto vi que un chico estaba adentro tambien. La verdad, muy apuesto.
-Hola.- dije mientras me acercaba a el. Mientras me fui acercando senti un pecliar olor. Lycan. dije para mis adentros.Torci un poco mi boca. espere a ver como reaccionaba el.

-Y tu eres?.- le pregunte mirandolo fijamente a los ojos.

-Tom, mucho gusto.- le dije con media sonrisa
-Eres lycan verdad?.- queria comprobarlo

Sonrei al instante.
-Gracias por el cumplido, pero tal vez se trate solo de una manera de distraccion para atacar mi espalda.- dije mirandolo fijamente a los ojos.
Tenia una seriedad enorme, debia tener autocontrol, a pesar del olor, habia algo que me incitaba a besarlo ahi mismo... pero debia contenerme

Estaba vagando por el laberinto cuando escuché voces. Antes el palacio era muy solitario, y ahora tenía que acostumbrarme a la falta de intimidad.
Ví a dos jovenes en una clase de coqueteo inusual y no pude evitar sonreír con satisfacción. estos viejos laberintos aun conservan esa clase de sensacion entre los que merodean entre ellos.
-Buenas noches. Saludé mientras me dejé ver.
Noté que a Isabella la había visto antes en la sala principal, pero el chico era totalmente desconocido.

Sonrei ampliamente ante la aparicion de Anastacia.
-Buenas noches.- le respondi con una voz delicada. Realmente la admiraba demasiado.
no pude contener mi sonrisa. regrese a ver a Tom esperando que se presentara...

Me acerqué lentamente hacia Isabella y asentí con la cabeza en señal de saludo. Su actitud era admirable. Realmente ella sería una buena compañera y complice de mis juegos.
-Estaban explorando el Palacio? Debo advertirles que estas tierras guardan un secreto muy peculiar que causa ciertas conductas en quienes la habitan. Así que no se sorprendan que tengan impulsos extraños.
posteriormente escuché a Tom y no me pude contener de reír abiertamente.
-Molestar? Hice una pausa -En realidad son nuestros invidados. Me acerqué a él y acaricié suavemente su rostro -Sería una descortesía de mi parte si dijera algo como eso. Mis facciones cambiaron y ahora estaba seria. -Realmente ustedes han venido por un proposito y puedo colaborar en ello.
Bajé la mirada de forma indiferente y me alejé de Tom. Su naturaleza desconfiada realmente podría significar una ofenza o tal vez un reto divertido.

Su desconfianza empezaba a irritarme... lo cual era peligroso... muy peligroso... Alcé mi mano y me concentré en él. Solo pude ver un naufragio y una desvalida desorientacion.
-Que es lo que buscas, Tom? Le dije interrumpiendo su pregunta mientras me acercaba nuevamente de forma serena.
-Sabes que es muy descortés sentir desconfianza de quien te brinda hospedaje. No crees? Lo dije en tono de advertencia.

Reí con ironía ante su caracter indómito. De algona manera este chico representaba un juego muy interesante del cual Renzo no podría enterarse jamás.
-Un telefono? Reí mas abiertamente. Y a quien contactarías si no tienes familia, amigos o alguna persona a quien le intereses?
Me acerqué con cautela hasta quedar a unos centímetros de sus labios. Solo los saboreaba a corta distancia sin propiciar un beso.
-Querido Tom... Susurré... Lo mejor es que te acostumbres pronto a permanecer aquí en nuestro territorio. Realmente estás mas seguro de lo que crees, pero sólo si sabes controlarte... O sino, nos obligarás a matarte.
Levanté mi mano y acaricié con uno de mis dedos su labio inferior. era una sensación hipnotizante que era dificil de controlar.

-No creas que desconozco tu misión... Solo espero que estés del lado correcto, querido... Le dije en tono autoritario.
-Y no creas que eres indomable porque en realidad podría acabarte con un suspiro, incluso si te transformas, serías como un cachorro indefenso ante mí. Aunque debo admitir, que tu monotona conducta realmente me parece interesante.
Enfoqué mi energía en él bloqueando sus pensamientos e impulsos. Paralizandolo de forma dolorosa.
-No te aproveches de mi simpatía por tí porque suelo ser muy variable y cambio de opinión muy facilmente. dije en forma jovial mientras veía como una gota de sudor bajaba por su mejilla. O serían lagrimas?
-Mejor comportate mientras estés aqui, ya que mis hermanos no son tan tolerantes como yo...
Lo dejé escapar de mi enfoque y suspiré con aburrimiento, me giré hacia Isabella.
-Espero verte pronto, querida. Y en cuanto a tí... Me dirigí a Tom... -Portate como un buen perrito y ve al castillo ya que allí es donde están los telefonos.
Caminé hacia el otro lado del laberinto con una sonrisa llena de satisfacción.
-Adios queridos invitados.