Inconvenientes

Estaba de salida del Palacio con la mayor furia que me invadía. Las cosas estaban tomando un rumbo incocebible y eso debia parar de inmediato.
Un doggen hizo una reverencia a mi paso y lo ignoré caminando fuertemente hacia las puertas. Cuando las abrí de golpe, encontré el nucleo de mi rabia.
-Contigo quería hablar. Le dije apretando la quijada.

Llegaba de mi cabalgata nocturna rutinaria, cuando abruptamente las puertas del palacio se abrieron. Pude oler en el ambiente ese exquisito aroma de Renzo invadido por la ira.
Caminé de forma indiferente a su lado y le dije con ironía
-Esa es la forma en como me recibes? Donde han quedado los modales impecables del Rey del Inframundo? Hice una pequeña reverencia en son de burla.

La tomé del brazo con fuerza y la acerqué hasta que nuestras caras se rozaban
-No estoy del mejor humor para tus juegos, Anastasia. La solté y caminé hacia una mesa que estaba cargada de adornos de oro. con un movimiento de mi mano, barrí la mesa con rabia, arrojando esas chapucerías al suelo y luego apoyandome sobre ella.
-No te atrevas nuevamente a dañar a cualquiera de nuestros huespedes. Le respondí con voz grave, como el rugido de un leon furioso

Me estremecí ante el desastre que Renzo hacía. Sus reacciones impulsivas a veces me hacian temer, pero generalmente podia manejar la situacion con facilidad.
-Se trata de ella, no es asi? Mi molestia aumentaba al unisono de mi voz. -Es por la repugnante humana que me desafias? Apreté los puños para evitar abalanzarme sobre él.

Escuche voces en el salon principal, se notaba que renzo estaba furioso asi que decidi intervenir para que esto no terminara mal, baje las escaleras y me presente en el lugar de los echos

-Que sucede aqui-dije un poco alto para que se calmaran

La miré sobre mi hombro y reí con esfuerzo. A pesar de su hermosura, era una fiera cuando se enfurecía. Pero eso no me distraía de mi punto.
Noté que Mariana entró en el lugar y le dije en voz alta apuntando a Anastasia
-Nuestra querida Reina de los Vampiros juega con nuestros huespedes. Ha tomado a una humana como esclava de sangre y hasta le propició su propio sello maligno sobre su piel. No me parecía malo que continuara sus juegos como durante la eternidad lo hacía. Pero si convocabamos a nuevos seres a unirse a nuestra lucha, ella tendría que detenerse.
-Ademas hay un lycans inmiscuido tambien, por lo que me han informado.

-Renzo tranquilizate y tu tambein anastasia, no sean inmaduros -dije iracunda por sus acciones-Creen que si seguimos asi lograremos algo, que con estas peleas podremos gobernar, no lo creo-en eso senti como el fuego comenza a llegar a mis manos, respire ondo no podia unirme s u pelea porque o sino seria un desatre

Exhalé francamente ofendida por esta exposicion de mis diversiones. Y le dije en modo desafiante a Renzo -De algun modo me tengo que divertir, no? Como ahora estas enfocado en reclutar a nuevas concubinas he tenido que buscar una comparacion menos placentera pero real ante tu ausencia, querido. Alcé la ceja y observé a Mariana
-Hermana, solo... Es un pequeño juego... Nada de que alarmarse y en cuanto a la humana, no tengo problemas con compartirla... Interrumpi mis palabras por un estruendoso sonido

-Ya basta-dije mientras perdia mis estribos-Ustedes solo piensan en sigo mismos y no ven a us alrededor... son solo unos egositas-dije meintras el fuego se apaciguaba

Levanté la mesa y la arrojé a la chimenea. Esta se despedazo como un fragmento de arcilla cuando choca contra el concreto.
-No se trata de compartir. Se trata de que pares con ese circo! Mariana tiene razon, es hora de gobernar, no de jugar! Le dije al borde de la histeria y la furia.

Mi enojo creció ante las palabras de Renzo que no tenias escrupulos a la hora de hablarme. -Soy tan buena gobernante como ustedes! Les recuerdo que Terra Nova no sería lo que es hoy, si mientras ustedes se enfocan largas horas en planos y estrategias, yo me ocupo de lograr mas poder y enfrentar cada dia a la glymera en sus ausencias! Giré caminando sin rumbo tratando de no desatar la violencia.

-Nadie te dijo que eras mala gobernante solo que te gusta la diversion y con las cosas que no debes -dije tratando de calmar los animos, el fuego en mi interior creio de forma abrupta.

Miré con enfado a Mariana. No podía creer que se pusiera de parte de Renzo en estos momentos.
Los miré de forma iracunda -Entonces, resulta que mis metodos de entretencion no son de el agrado de ustedes? Hice una pausa apretando mis dientes y luego sonreí de forma malefica -Tal vez encuentre otra mejor manera de pasar el rato
Miré fijamente a Renzo, el cual temblaba de la ira y enfoqué una ilusión tortuosa a su mente, pero algo se interpuso en nuestros caminos.

Anastasia podía resultar peligrosa cuando se sentía amenazada y podía preveer lo que estaba a punto de hacer. Con mi energía forme un campo de fuerza lo cual me protegía de los poderes que me atacaban, por mas fuertes que fueran, jamas podría afectarme.
Pero lo que menos cabia imaginar sucedió. Mariana se interpuso en medio de nosotros.
-Detente Anastasia Le ordené con un grito furioso

Vi las intensiones de Anastasia y no podia permitir que se dañaran unos a los otros me interpuse en su camino, recibiendo e impacto de sus poderes los cuales me dejaron helada, era una fuerza magnifica pero estaba debil y solo senti como me sumergia en un abismo oscuro.

Me quedé paralizada al ver lo que acababa de pasar. La advertencia de Renzo había llegado muy tarde. Corrí hacia Mariana y la sostuve con mis brazos
-Perdoname Hermana... Mi intención no era... No quería... La miré de forma euforica esperando no haberla dañado de forma permanente.

Estaba espectante ante la reacción de Mariana. Me acerqué con cautela hacia ellas y le pregunté serenamente mientras acariciaba su frente
-Estas bien? Aun no podía concebir hasta donde todo esto había llegado.

-Si estoy bien, solo un poco mareada-dije con un murmullo en eso cerre mis ojos nuevamente sentia como si mi cuerpo no me respondiera, estaba agotada

Estaba avergonzada con todo lo sucedido.
-Perdoname hermana Le susurré mientras besaba su frente.

Alcé la ceja y tomé la barbilla de Anastasia mientras con mi otra mano sujetaba la cabeza de Mariana.
-Esto no puede volver a suceder. Dije con autoridad. Posteriormente besé en la mejilla a Mariana y arrastré a Anastasia por el brazo hacia la puerta. La besé en los labios con rigidez mientras la miraba aun molesto pero con deseo -No te atrevas a desafiarme otra vez y prometo que estaremos en paz.

Sentí su beso lleno de furia y me aparté rabiosa de él y levanté mi dedo como advertencia -Tu tampoco querido... Que no se te olvide que somos mas fuertes que nadie y nuestra union no sera interpuesta por nadie en este lugar. Si osas retarme con tu humana, la aplastaré con el mayor placer que nunca haya tenido. Asi tenga que pasar por encima de ti.
Me giré y caminé nuevamente hacia Mariana. Ayudando a conducirla hacia su habitación.

Volvi abrir mis ojos y yacia en el sofa del salon principal, me sente en el aun un poco maredada y desequillibrada. Me levante y voli a caer-Alguien seria tan amable de ayudarme a llegar a mi habitacion, soy patetica en estas condiciones-sonrei-Anastasia no te preocupes un poco de descanzo y esta como nueva

Aunque me contradijera, me encantaba verla molesta. Pero de igual modo no quebrantaría mi desición. Miré a Mariana y le dije inclinandome
-Espero te mejores pronto y que estes repuesta para la cena, querida.
Giré los ojos a Anastasia y le dije de forma mental que esta noche continuaría nuestro... encuentro acerca de muchas otras cosas que no vienen al caso mencionar. El deseo, el odio, la ira y el amor muchas veces se mezclaban en nuestro destino. Pero Mariana, Anastasia y yo, siempre eramos una triada fuerte. Como un solo cuerpo y mente fusionados en un mismo proposito.
Tomé mi rumbo y continué con mi destino para esta noche.
-Hasta un proximo encuentro, Reinas de la Eternidad. Dije con orgullo.

TEMA CERRADO