Entrando al castillo

Estaba en mi estudio frente a la ventana admirando la lluvia, cuando me percaté de la llegada de una mujer que estaba empapada, con sus maletas en la mano. Llamé un doggen para que la condujera hasta el interior del Palacio y la ayudara con el pesado equipaje.
Bajé hasta el recibidor y la saludé.
-Buenas noches y bienvenida a mi humilde morada. Hice una reverencia ante ella, tomé su manó y le dí un dulce beso.

La miré fijamente mientras mis pensamientos trataban de orientarla.
-Estás en el Palacio de Terra Nova. Dije mientras hacía un ademán señalando todo a nuestro alrededor. -Lugar de las almas de la oscuridad que se resisten a la sumisión. Hice una breve pausa y me acerqué un poco mas a ella.
Me quité mi capa de terciopelo azul y se la coloqué suavemente sobre sus hombros, cubriendola a su vez con mis brazos para darle calor, y le susurré al oído con voz grave.
-Puedes quedarte esta noche si lo deseas, despues de todo, estas mojada y hambrienta, toma lo que desees y mañana... Reí con ironía mientras inspiraba su dulce olor -Decidirás con más calma si deseas quedarte con nosotros, lo cual para mí, sería un absoluto placer.
Me alejé nuevamente y miré fijamente al doggen, ordenandole de forma mental que la llevara al cuarto de huespedes y le sirviera en todos sus deseos.
-Bienvenida... Aunque, aun no sé tu nombre, querida huesped?

La miré directamente a los ojos, como si quisiera ver más allá, hasta adentrarme en su alma.
-Yo... Me incliné hacia ella -Soy Renzo D`Stefano, mi querida dama. y no causa ninguna molestia. hice una pausa y reí con picardía -En realidad es todo un placer que permanezca en el Palacio.

Me alejé un poco y el doggen entró nuevamente a la estancia, hizo una reverencia ante mí y le dije con autoridad:
-Si prega di preparare una doccia calda per miss e assicurarsi di servirlo in tutto quello che vogliono. Io cuoro il pronto per la cena, e di preparare un attacco festa per il re.Sonreí hacia la bella Jazmín tratando de que mi lengua materna no fuera ofensiva para ella, el doggen asintió y se marchó con rapidez.
-Vivo con la Hermandad aquí. Con Mariana y Anastasia. Y en realidad estuvimos solos por mucho tiempo y ahora esperamos a nuevos huespedes para que compartan con nosotros.
Esperé que entendiera mi insinuación. Bajé la mirada y continué:
-El doggen vendrá por tí para guiarte hasta tu habitación donde te esperará una placentera bañera con agua caliente. Luego... La miré con seriedad... Nos veremos en la cena.
Me incliné hacia ella y besé su mano.
-Hasta entonces mi dulce compañera.
Tomé mi postura y abrí las puertas para retirarme. Continué mi camino sin mirar atrás, esperando que considerara mi propuesta, aunque en realidad, la cena ya estaba pactada.

tema cerrado