Paseando...

Luego de mi platica con renzo y anastasia decidi salir a paser un poco por los alrededores del castillo. Me encontre sola vagando por los jardines sin un rumbo fijo con los recuerdos lantenes en mi mente... es como si rebibiera cada segundo... En ese instante me sente en le hierba para poder tranquilizarme no queria incendiar nada, o por lo menos hacer algo de daño a renzo o Anastasia, que auque fueramos inmortales, algo de daño igual nos afectaria... me di cuenta que alguien me observaba desde lejos, no puede ver quien era hasta que sigilosamente se aproximo

Estaba en la oscuridad admirando la luna llena cuando noté que alguien se aproximaba. Sentí una ola de poder que me invadía, era una característica que nosotros poseemos para alertar a los demás de nuestra cercanía. Era Mariana. Su rostro demostraba algo de frustración y preocupación.
Dí unos pasos hacia ella.
-Que te sucede Mariana? Continué observando a la luna. -¿Por que tan pensativa?

-Sonara estupido y mas viniedno de mi, pero me hubieso gustado seguir con ese hombre que hace tantos años me enamoro.... sentimientos estupidos y mas viniendo de un demonio, querida amiga-dije viendo la luna ,que nos bañaba con su luz.. la cual nos hacia ver mas malevolas e impenetrables.

Bajé la mirada e instintivamente pregunté
-Que sucedió con ese hombre? Giré mi cabeza y la miraba por encima de mi hombro -Nunca has hablado de él... Es como una clase de misterio que nunca nos has revelado
Aunque ciertamente jamas lo habíamos preguntado. A pesar de nuestros poderes, tratabamos de respetar la intimidad de la Hermandad. Eso podría resultar peligroso, ya que no nos convendría aflorar rencores o conocer ciertos detalles que no era de nuestra incumbencia.

-Amiga mia mi vida es un monton de recuerdos, desde que mate a mis padres... En una batalla me enamore de un guerraro, alguin fuerte y valiente que luvhaba por el reino, yo me encontraba siempre sola tratando de ingeniarmelas para vencer al enemigo, cuando el aparecio me enamore como una tonta , el murio en la batalla-dije finalizando mi triste relato-Anastasia soy una tona ademas un demonio que tiene sentimientos que tonteria es esa

Reí ruidosamente cuando ella culminó la frase. Ella estaba sorprendida por mi reacción. Caminé hacia ella y la tomé de la mano
-Crees que no tenemos sentimientos? Que no debemos tenerlos?
Sonreí con ironía y le dije en tono jovial
-Somos inmortales... Poderosos... Hermosos... Por que no habríamos de amar, odiar o desear?
Pensaba que tal vez a pesar de lo que somos, quedaba un vestigio de humanidad en nuestros corazones aunque muchas veces no lo demostraramos.

-Creo que mi lado humano murio el mismo dia que el-rei-El amor lo sepulte y no pienso desenterarlo nunca mas en lo que dure mi existencia o sea para siempre, an cambio tu veo que tienes cierto interes en Renzo o me equivoco

Reí de forma pícara. Después de todo ella me conocía mejor que nadie.
-Renzo es muy interesante y no voy a negarlo. Sin embargo, el tiene ciertas costumbres que realmente no favorecen a algun sentimiento que pueda poseer.
Con tan solo en pensar en Renzo, sentía una precipitación de sensaciones... Desde amor hasta odio.

-Anastasia no te hagas la tonta sabes muy bien que mueres por Renzo tanto o mas de lo que el muere por ti-rei malisiosamente, ya habia emepzado asi que tenia que continuar-Ademas me he dado cuenta como se miran

Mis gestos cambiaron de una repentina ironía a una furia inexplicable.
-Renzo y yo no tenemos futuro... O crees que podré soportar que se divierta con sus concubinas mientras yo doy un paseo contigo? Hice una pausa y caminé hacia unos arbustos. Miré a Marian sobre mi hombro y le dije con voz seca.
-Que tal si tenemos un poco de diversión...?
Aparté unas ramas y había un humano amarrado y amordazado en el suelo. Estaba temblando por el miedo al ver lo cautivadas que estabamos de él. Lloraba y gemía suplicando con la mirada que lo liberáramos.
Me coloqué de rodillas junto a él y acaricié su rostro con dulzura.
-Tranquilo querido... No llores... Solo jugaremos un rato y cuando estemos aburridas te mataremos. Mientras tanto, se un buen chico y no vayas a gritar. Dije con ternura mientras sonreía para él.

Anastasia habia descubierto a un pequeño yu estupido humano, que maravilla un poco de entretencion para nosotras..-Que haremos primero... quebrarle algunos huesos o torturarlo.. que dificil desicion-rei grotescamente mientras me acercaba al humano y me ponia junto a Anastasia

Lo acaricié desde su cara deslizando mis dedos hasta su mano. Con un crujido espantoso francuré su dedo índice con un pequeño movimiento. El humano empezó a gemir de desesperación. Y en vez de placer, sentí rabia.
Me levanté violentamente y lo pateé en las costillas y me alejé de nuestro juguete.
-No estoy de humor... ese tema de Renzo... Hice una pausa y lancé mi puño contra un árbol que se agrietó sutilmente en el tronco y disipó varias hojas sobre nosotras.
-Mejor diviertete tu... Yo te observo

-Esta bien querida anastasia, tu sabes que soy mas por la tortura*rei tomando al humano y dejandolo caer e nel suelo,te gustaria estoy dije tomadno su brazo y doblandolo con muy poca fuerza pero el husro se quebro ensegida, lo mire y ya estaba un poxco aturdido.. me puse furiosa y sucedio lo mismo que con el libro sol oque ahora el humano chiyaba de dolor ya que se estaba quemando lentamente

Sólo estaba observando como Mariana drenaba su furia con nuestro juguete pero ¿Por que yo no podía hacer lo mismo? Me crucé de brazos y sonreí ante el dolor del humano.
No podía permitir esa clase de sensaciones que Renzo me causaba, me volvían debil y desequilibrada. Tendría que separarme de él si realmente deseaba ser libre de su magnetismo.
Suspiré y bajé la mirada ante mis propios pensamientos.

luego de ver a mi presa pidiendo la muerte a gritos, le concedi ese pequeño deseo, tome su cabeza entre mis manos y quebre su cuello...
-por lo menos me sirvio para desquitarme un poco-rei al ver el cuerpo casi mutilado en el piso, cubierto de sangre

-Me alegro mucho, querida amiga. Hice una reverencia con la cabeza en señal de afirmación a lo que dije. Ella merecía divertirse. A costa de lo que sea.
Me giré hacia un pequeño sendero oscuro y dije mientras me marchaba.
-Debo hacer algo... En un momento los veré en el castillo. Desenfundé mi daga y estaba decidida a drenar yo también, sacar de mi interior mi frustración a causa de Renzo